viernes, 23 de enero de 2009

EL SASTRE


Es más grave de lo que a simple vista parece. Llevado por mi siempre inadecuado calentamiento, caí en la trampa de mirar los árboles sin ver el gran bosque, es la maniobra de distracción que utilizan ahora nuestros gobernantes locales para que no nos fijemos en los "trajes" que cosen a medida, por eso recurrimos al Sastre de Panamá, regular película y mejor libro de John Le Carré, de espias por supuesto, es lo que se lleva ahora en Génova 13.

.-¿Qué hacemos con las mangas?.

.-Ja es sap, amb el valencià, una mitja, una altra elemental i la de pic superior.

.-¿Y los bolsillos?

.-Que hayan trabajado, o mejor que estén trabajando, en ciudades de más de 75.000 habitantes y con presupuestos entre 75 millones y 150.

.-Maestro yo tengo un primo en Madrid que trabaja con presupuestos de 500 millones.

.-Aquest no ens val, sap molt i podria treure'ns el lloc.

.-Maestro este traje todavía se lo pueden poner cinco o seis.

.-Bueno pues es fácil, en la sisa me pones que haya trabajado en un pueblo que pertenezca a dos entidades metropolitanas.

.-Muy bien jefe, este sólo le viene a tres. Vaya tonteria eso de méritos y capacidad. Y que no se quejen de la función pública que como nos calienten la ponemos privada.

.-Sí sastrecillo, lo que hay en este pueblo es mucho vicio, vamos, una oposición normal y que venga gente preparada y se pasen descojonandose todo el día con nuestras chorrardas.


La parte seria de esto es que puede ser inconstitucional y limitar la libertad de un alto funcionario para optar a las susodichas plazas. Lo cachondo y, siempre poco valorado, es que nos encontremos en el Ayuntamiento de Torrent con un alto funcionario que nos atienda de la siguiente manera:


No´stante to lo anterió, y si no fuesse molestia pa´usté, a fin devitá insidentes diplomáticos mayore, le rogaría que´nlosusesivo se dirihiese a nosotro en la lengua materna de Garcilaso, Cervantes, Góngora, Calderón, Juan Ramón Jiménez, Pío Baroja, Unamuno, Ortega y Gasset o Vicente Aleixandre, porque a los catetos der sur, en cuanto los sacas der castellano y de cuatro frases h´echas en fransé o inglé (ya sabe, "vu le vu cuxe avec mua sexua??" o aquello de "do you want make love with me??", pa´impressioná a las suecas o masisas teutónicas qu´inundan nuestras playas) se pierden.
(y que lo tenga que decir un cateto del sur)

Lo controlable nunca es totalmente real, y lo real nunca es totalmente controlable.
Vladimir Nabokov, escritor

17 comentarios:

Anónimo dijo...

En el pleno extraordinario del otro día, fué de verdadera pena, las explicaciones de sra.Folgado, que no explico nada, excepto que el papel donde etaba escrito la convocatoria, eraq de color blanco y la tinta azul.Lo mejor de todo el tono prepotente de la "señora", con que apostilla las intervenciones.

Ramón Pacheco dijo...

Disculpa mi precisión anónimo pero la tinta era negra, como la mano negra, como la sotana negra, como la conciencia... negra

Anónimo dijo...

tiramos de la manta????
1
2
3
4
5
6...
...
...conyuges...
...amigos...
...familiares...
tiramos???
estudios??
oposiciones??
tiramos??

Anónimo dijo...

Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato.
Debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero.
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.

El rascacielos de l'Horta ¡qué desastre!

Ramón Pacheco dijo...

Si estirem tots, ella caurà i molt de temps no pot durar, segur que tomba, tomba, tomba ben corcada deu ser ja.
....
Rascacielos,¿ ni eso saben hacer?

Rafa Hernández dijo...

Coño: Fincas altas hay, pero que yo sepa tan altas tan altas como para considerarlas Rascacielos yo en Torrent no la he visto. A ver si resulta que han hecho alguna en la calle san Cayetano y yo no me he enterado. Hablamos del mismo pueblo o de Benidorm.

Anónimo dijo...

Que tengo que hacer para que la señora folgado haga un traje para mi hija? Si se lo pido con eso vastara o tengo que afiliarme?

Anónimo dijo...

Veo bien que en tu ciudad se hable la lengua materna pero por respeto cuando se dirijan a uno un castellano se le debe contestar de la misma manera. Referente a los trajes veo muy mal el amiguismo con el que se esta jugando. Esos trajes los estaremos pagando todos los ciudadanos de esta ciudad por mucho tiempo, por ello hubiera preferido que se hiciera de otra forma, dando mas oportunidades.

Rafa Hernández dijo...

Al anónimo de las 19:35. Querido compañero. No te apures por el traje. Ponte en contacto conmigo ya que toco todos los palos, que le voy a hacer a tu hija un traje de lagarterana que va a ser la envidia de Torrent. Y no tienes que afiliarte a ningún partido. Sólo con que me des la voluntad como a los curanderos, me doy por satisfecho. Saludos.

Anónimo dijo...

Graias rafa por el traje.
Con ese podra trabajar en el ayutamiento o por lo contrario le daran una patada en el culo. Tal como estan las cosas.

Anónimo dijo...

SOLO SEIS PERSONAS..
Llega una vez la alcaldesa a hablar sobre la economía de su ciuda en una conferencia de prensa, entonces le dice un periodista:
Señora Alcaldesa, ¿Es verdad que en la actualidad hay crisis económica?
La alcaldesa le contesta:
Pues la verdad, mi gobierno ha hecho un estudio, y déjenme decirles, que realmente sólo hay 6 personas que sufren crisis económica.
Entonces le pregunta otro periodista:
¿Y dígame quienes son esas 6 personas?
La alcaldesa contesta:
Yo, tú, él, nosotros, ellos y ellas.
Un Saludo

Anónimo dijo...

Espero me disculpen por poner un texto tan extenso, pero por la similitud del asunto y hablando de trajes a medida, vale la pena perder unos minutos leyendo (gracias).
El Traje Nuevo
del Emperador

Hace de esto muchos a�os, hab�a un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la m�xima elegancia.
No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Ten�a un vestido distinto para cada hora del d�a, y de la misma manera que se dice de un rey: �Est� en el Consejo�, de nuestro hombre se dec�a: �El Emperador est� en el vestuario�.

La ciudad en que viv�a el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los d�as llegaban a ella much�simos extranjeros, y una vez se presentaron dos truhanes que se hac�an pasar por tejedores, asegurando que sab�an tejer las m�s maravillosas telas. No solamente los colores y los dibujos eran hermos�simos, sino que las prendas con ellas confeccionadas pose�an la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera irremediablemente est�pida.

� �Deben ser vestidos magn�ficos! -pens� el Emperador-. Si los tuviese, podr�a averiguar qu� funcionarios del reino son ineptos para el cargo que ocupan. Podr�a distinguir entre los inteligentes y los tontos. Nada, que se pongan enseguida a tejer la tela-. Y mand� abonar a los dos p�caros un buen adelanto en met�lico, para que pusieran manos a la obra cuanto antes.

Ellos montaron un telar y simularon que trabajaban; pero no ten�an nada en la m�quina. A pesar de ello, se hicieron suministrar las sedas m�s finas y el oro de mejor calidad, que se embolsaron bonitamente, mientras segu�an haciendo como que trabajaban en los telares vac�os hasta muy entrada la noche.

�Me gustar�a saber si avanzan con la tela�-, pens� el Emperador. Pero habla una cuesti�n que lo ten�a un tanto cohibido, a saber, que un hombre que fuera est�pido o inepto para su cargo no podr�a ver lo que estaban tejiendo. No es que temiera por s� mismo; sobre este punto estaba tranquilo; pero, por si acaso, prefer�a enviar primero a otro, para cerciorarse de c�mo andaban las cosas. Todos los habitantes de la ciudad estaban informados de la particular virtud de aquella tela, y todos estaban impacientes por ver hasta qu� punto su vecino era est�pido o incapaz.

�Enviar� a mi viejo ministro a que visite a los tejedores -pens� el Emperador-. Es un hombre honrado y el m�s indicado para juzgar de las cualidades de la tela, pues tiene talento, y no hay quien desempe�e el cargo como �l�.

El viejo y digno ministro se present�, pues, en la sala ocupada por los dos embaucadores, los cuales segu�an trabajando en los telares vac�os. ��Dios nos ampare! -pens� el ministro para sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-. �Pero si no veo nada!�. Sin embargo, no solt� palabra.

Los dos fulleros le rogaron que se acercase le preguntaron si no encontraba magn�ficos el color y el dibujo. Le se�alaban el telar vac�o, y el pobre hombre segu�a con los ojos desencajados, pero sin ver nada, puesto que nada hab�a. ��Dios santo! -pens�-. �Ser� tonto acaso? Jam�s lo hubiera cre�do, y nadie tiene que saberlo. �Es posible que sea in�til para el cargo? No, desde luego no puedo decir que no he visto la tela�.

� �Qu�? �No dice Vuecencia nada del tejido? -pregunt� uno de los tejedores.
� �Oh, precioso, maravilloso! -respondi� el viejo ministro mirando a trav�s de los lentes-. �Qu� dibujo y qu� colores! Desde luego, dir� al Emperador que me ha gustado extraordinariamente.
� Nos da una buena alegr�a -respondieron los dos tejedores, d�ndole los nombres de los colores y describi�ndole el raro dibujo. El viejo tuvo buen cuidado de quedarse las explicaciones en la memoria para poder repetirlas al Emperador; y as� lo hizo.

Los estafadores pidieron entonces m�s dinero, seda y oro, ya que lo necesitaban para seguir tejiendo. Todo fue a parar a su bolsillo, pues ni una hebra se emple� en el telar, y ellos continuaron, como antes, trabajando en las m�quinas vac�as.

Poco despu�s el Emperador envi� a otro funcionario de su confianza a inspeccionar el estado de la tela e informarse de si quedar�a pronto lista. Al segundo le ocurri� lo que al primero; mir� y mir�, pero como en el telar no hab�a nada, nada pudo ver.

� �Verdad que es una tela bonita? -preguntaron los dos tramposos, se�alando y explicando el precioso dibujo que no exist�a.
�Yo no soy tonto -pens� el hombre-, y el empleo que tengo no lo suelto. Ser�a muy fastidioso. Es preciso que nadie se d� cuenta�. Y se deshizo en alabanzas de la tela que no ve�a, y ponder� su entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio dibujo.
� �Es digno de admiraci�n! -dijo al Emperador.

Todos los moradores de la capital hablaban de la magn�fica tela, tanto, que el Emperador quiso verla con sus propios ojos antes de que la sacasen del telar. Seguido de una multitud de personajes escogidos, entre los cuales figuraban los dos probos funcionarios de marras, se encamin� a la casa donde paraban los p�caros, los cuales continuaban tejiendo con todas sus fuerzas, aunque sin hebras ni hilados.

� �Verdad que es admirable? -preguntaron los dos honrados dignatarios-. F�jese Vuestra Majestad en estos colores y estos dibujos - y se�alaban el telar vac�o, creyendo que los dem�s ve�an la tela.
��C�mo! -pens� el Emperador-. �Yo no veo nada! �Esto es terrible! �Ser� tan tonto? �Acaso no sirvo para emperador? Ser�a espantoso�.
� �Oh, s�, es muy bonita! -dijo-. Me gusta, la apruebo-. Y con un gesto de agrado miraba el telar vac�o; no quer�a confesar que no ve�a nada.

Todos los componentes de su s�quito miraban y remiraban, pero ninguno sacaba nada en limpio; no obstante, todo era exclamar, como el Emperador: - �oh, qu� bonito! -, y le aconsejaron que estrenase los vestidos confeccionados con aquella tela, en la procesi�n que deb�a celebrarse pr�ximamente. - �Es preciosa, elegant�sima, estupenda! - corr�a de boca en boca, y todo el mundo parec�a extasiado con ella.

El Emperador concedi� una condecoraci�n a cada uno de los dos bellacos para que se la prendieran en el ojal, y los nombr� tejedores imperiales.
Durante toda la noche que precedi� al d�a de la fiesta, los dos embaucadores estuvieron levantados, con diecis�is l�mparas encendidas, para que la gente viese que trabajaban activamente en la confecci�n de los nuevos vestidos del Soberano. Simularon quitar la tela del telar, cortarla con grandes tijeras y coserla con agujas sin hebra; finalmente, dijeron: - �Por fin, el vestido est� listo!

Lleg� el Emperador en compa��a de sus caballeros principales, y los dos truhanes, levantando los brazos como si sostuviesen algo, dijeron:
� Esto son los pantalones. Ah� est� la casaca. - Aqu� ten�is el manto... Las prendas son ligeras como si fuesen de telara�a; uno creer�a no llevar nada sobre el cuerpo, mas precisamente esto es lo bueno de la tela.
� �S�! - asintieron todos los cortesanos, a pesar de que no ve�an nada, pues nada hab�a.
� �Quiere dignarse Vuestra Majestad quitarse el traje que lleva -dijeron los dos bribones- para que podamos vestiros el nuevo delante del espejo?

Quit�se el Emperador sus prendas, y los dos simularon ponerle las diversas piezas del vestido nuevo, que pretend�an haber terminado poco antes. Y cogiendo al Emperador por la cintura, hicieron como si le atasen algo, la cola seguramente; y el Monarca todo era dar vueltas ante el espejo.

� �Dios, y qu� bien le sienta, le va estupendamente! -exclamaban todos-. �Vaya dibujo y vaya colores! �Es un traje precioso! - El palio bajo el cual ir� Vuestra Majestad durante la procesi�n, aguarda ya en la calle - anunci� el maestro de Ceremonias.
� Muy bien, estoy a punto -dijo el Emperador-. �Verdad que me sienta bien? - y volvi�se una vez m�s de cara al espejo, para que todos creyeran que ve�a el vestido.

Los ayudas de c�mara encargados de sostener la cola bajaron las manos al suelo como para levantarla, y avanzaron con adem�n de sostener algo en el aire; por nada del mundo hubieran confesado que no ve�an nada. Y de este modo ech� a andar el Emperador bajo el magn�fico palio, mientras el gent�o, desde la calle y las ventanas, dec�an: � �Qu� preciosos son los vestidos nuevos del Emperador! �Qu� magn�fica cola! �Qu� hermoso es todo!-. Nadie permit�a que los dem�s se diesen cuenta de que nada ve�a, para no ser tenido por incapaz en su cargo o por est�pido. Ning�n traje del Monarca hab�a tenido tanto �xito como aqu�l.

� �Pero si no lleva nada! -exclam� de pronto un ni�o. - �Dios bendito, escuchad la voz de la inocencia! - dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al o�do lo que acababa de decir el peque�o.
� �No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!
� �Pero si no lleva nada! -grit�, al fin, el pueblo entero. Aquello inquiet� al Emperador, pues barruntaba que el pueblo ten�a raz�n; mas pens�: �Hay que aguantar hasta el fin�. Y sigui� m�s altivo que antes; y los ayudas de c�mara continuaron sosteniendo la inexistente cola.


Cuento cl�sico, original de Hans Christian Andersen / Dinamarca

PD.- Cualquiera afirmaria que Hans fue´ vidente y que se inspiro´ en Torrent para escribir este estupendo cuento ¿se identificara´ con el cuento algu´n/a del equipo de gobierno?...

Anónimo dijo...

De original de Andersen nada, que ya aparece en el Decameron y en Don Juan Manuel ,muchos siglos antes.
y a ver si cuidas las tildes.

Anónimo dijo...

Tranquilos, amigos, que esto lo arregla la leona con pulseras controlatodo. Habría que preguntarse si sus enchufaíllos, que ya son muchos, también pasarán los controles. Y también habría que preguntarse si a ella le van a pasar controles en los sitios a los que no va o llega tarde, que son muchos.

http://www.lasprovincias.es/valencia/20090124/horta/alargar-almuerzo-dejara-huella-20090124.html

Anónimo dijo...

Ya hay que ser impresentable para decir que se pone un sistema de control para vigilar los almuerzos y tirarle la gente encima a los funcionarios. Yo de ellos, cada vez que preguntaran algo los enviaba a alcaldía.

Anónimo dijo...

Siempre tiene la culpa de todo los funcionario y nunca los gobernantes.

Anónimo dijo...

Que no olviden estos gobernantes de pacotilla que LA HUELGA también existe.