El pasado viernes asistimos a la entrega de los premios "La ciutat dels valors, els valors de la ciutat" que organiza la agrupación socialista de Valencia capital. Le correspondió el premio a la libertad a José Ángel Monzón, más conocido como Gran Wayoming.
En el agradecimiento nos anunció una catarsis en la que nos proponía que actuásemos como terapeutas, y en un tono de humor y fraternidad nos contó las verdades del barquero:
"Los socialistas cuando concurren a un proceso electoral tienen que convencer, la derecha no, basta con que se presenten. Los votantes de derechas armados con sus votos se amontonan ante las urnas sin importarles el candidato, ni su ética, ni su moralidad. Aunque fuera un asesino, te contestan aquello de todos son asesinos y el mio mata mejor. Enseguida aparece la generalización gratuita, y una vez todos en el mismo saco, el suyo es el mejor golfo, ni un ápice de crítica o reflexión.
Mi padre no se movía, no hacía nada, hasta que llegaban las elecciones; entonces no paraba hasta conseguir que mi madre discapacitada pudiera votar, traía hasta un notario y salvaba las objeciones de este ante la imposiblidad de que mi madre ejerciera su voto en libertad con su perseverancía, (en sus palabras) el cabrón votaba dos veces a la derecha.
Este ejército de talibanes votantes es el sueño de cualquier partido, aquí no hay que convencer a nadie, con su brazo erguido y la papeleta presta ya están en cola, no faltará ni uno".