Puedo estar equivocado, como casi siempre, pero creo que de la situación en la que se encuentra el partido socialista, y en especial el socialista valenciano, se sale por la izquierda, con mucha más izquierda, menos café con leche en aras de ganar unos votos miserables y más solidaridad, justicia social, derechos civiles y valores de progreso.
Toca sacar los enseres viejos y nuevos, pero que no nos sirven, porque no tienen ninguna utilidad y amueblar con cosas que, aunque vengan de los "chinos", tienen su cometido en la nueva casa, sabemos qué vamos a hacer con ellas, no tenemos que buscarles una ocupación o una colocación.
El partido, como nuestro organismo, debe basarse en la solidaridad; al que le toque ser pelo del culo espera que la neurona dirigente no se ria de él, lo respete y procure dar órdenes a la mano para que se limpie y le haga la vida más agradable, el pelo del culo también espera tener su momento de gloria y su reconocimiento.
Si un día no tembló el pulso para privatizar lo inimaginable, ahora no pasa nada por proponer hacer público lo que haga falta, por ejemplo la banca. Si antes se colocaron los compañeros de pupitre puede que ahora, con la gestión pública se coloquen algunos más. Si hay que acabar con las prebendas de instituciones que dicen ayudar al necesitado para garantizar los derechos de los menos favorecidos, pues va y se hace, la Iglesia estará encantada en que su subvencion pública vaya a los dependientes, no me cabe la menor duda "amar al prójimo como a uno mismo". Si hay que dar un impulso democrático, con dos narices, nosotros listas abiertas, con primarias y que voten (como en Francia) los simpatizantes, no debemos temer a la democracia y a la transparencia, se deben acabar los amiguismos y los arreglos de mesa camilla. Si hay que desmontar los experimentos privatizadores de la salud que pagamos con nuestros impuestos, pues se desmontan y se destinan los recursos a potenciar el Sistema único, equitativo, universal y gratuito que nos hemos dado desde hace 30 años y que tan buenos resultados nos proporciona cada día. Si hay que eliminar las subvenciones a la enseñanza privada para hacer una pública más potente pues a ello.
Y sin miedo, a defender la política que se espera de un partido progresista y el que no se sienta cómodo siempre hay otras opciones políticas que le satisfarán mejor.
No gozaremos de confianza si no volvemos a ser creibles, no podemos defender una cosa y la opuesta al mismo tiempo en aras de conseguir el poder a cualquier precio. Compañeros; no somos de fiar y en esta comunidad no convencemos a nadie. Porque en asuntos relevantes hemos defendido una posición y la opuesta para satisfacer a no sabe bien qué electorado.
No nos podemos resignar a que "la Mariajo" de turno se equivoque, a la mayoría de este partido no le gusta la vida contemplativa, esa se la dejamos a los místicos, estamos dispuestos a mejorar esta sociedad y no sólo sus finanzas, queremos una sociedad alejada de la lástima y la caridad, una sociedad de derechos civiles, fuerte y enfrentada al capital especulador que quiere acabar con ella.