martes, 25 de marzo de 2008

CON CUIDADOS PALIATIVOS ...MEJOR



Un arzobispo señala que Jesús murió dignamente y sin "cuidados paliativos".


Así aparece en la oración que Jesús vivió trágicamente en el huerto. "Padre, si es posible, pase de mí este cáliz...", repetía una y otra vez, intensamente.
Jesús prefería no sufrir, a pesar de la constante alusión a su pasión y a su muerte. Le dolía, le pesaba..., como a ti y como a mí, ver tan cerca el dolor, la soledad, el abandono, la burla, la humillación..., la cruz...Hasta llegó a sudar sangre.

El Azotamiento ocurrió como un castigo romano preliminar en todas las instancias de la crucifixión. Un látigo pequeño compuesto de algunas correas de cuero sueltas o trenzadas unidas a pelotas de hierro pequeñas o a afilados trozos de huesos de ovejas fue usado principalmente en fustigar. La severidad del azotamiento dependía de los individuos que hacían el azotamiento. Su intención fue quitar fuerza a la víctima para un estado casi de colapso o de muerte. La Biblia señala que Jesús fue azotado, aunque el grado al cual él fue castigado no es detallado. Sin Embargo, una profecía de Isaías señala que "su apariencia fue estropeada más que cualquier hombre".
Hicieron una corona de espinas, se la pusieron en su cabeza y fingieron aclamarlo como rey.
Ellos continuaron pegándole y escupiéndole hasta que fue llevado de vuelta a Poncio Pilato. Tal comportamiento indica que el azotamiento de Jesús fue probablemente en particular rudo. La evidencia adicional de la severidad del castigo preliminar podría verse en la incapacidad de Jesús para llevar su larguero (que fue una costumbre) del Pretorio al sitio de la crucifixión.
Los evangelios describen a Jesús estando clavado en la cruz. Para asegurarse que Jesús estaba muerto, los soldados tomaron una lanza y perforaron su costado.
La posición del cuerpo en la cruz dejó los músculos del pecho usados para la respiración en una permanente posición de inhalación. Para exhalar, la víctima tendría que activamente levantar su cuerpo en contra de los clavos que sujetaban sus pies a la cruz. Al parecer murió por asfixia.

Evidentemente no los tuvo pero los precisó, digo yo, que un poco de morfina no habría cambiado nada la redención de nuestros pecados y no habría influido en su resurrección. Estoy convencido que si él hubiera de haberlos aplicado no se los habría negado a nadie ...en su bondad infinita.
Aquí podeis leerlo entero

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