sábado, 25 de octubre de 2008

EL OLVIDO NO EXCULPA A NADIE



"Hay que recordar que fue un ejercicio de generosidad asimétrica. Los vencedores de la guerra no perdonaron nunca, no perdonaron nada y no perdonaron a nadie." Iñaki Gabilondo, en la apertura de Noticias Cuatro

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ramón, con toda sinceridad, e incluso con toda sensibilidad, porque el tema lo requiere. El tema de la Guerra Civil, aunque por fortuna yo soy de una generación muy posterior (década de los 60) creo que es muy sensible. Tube familiares en ambos bandos. Los hijos de los abuelos (padres y tíos) que combatieron c reyeron firmemente, y no digo que fingieron o pensaron que era lo más conveniente, sino que creyeron, que lo mejpor era pasar página y construir un futuro mejor, olvidando ese cruento episodio. Tuve un abuelo al que los Republicanos no sacaron a "pasear" porque algunos personajes influyentes intercedieron; tuve otro abuelo que combatió en Bocairent con el bando republicano. Jamás, ninguno de los dos, me alentó a "levantar" recuerdos. Siempre los vi rehuir, con cierto pudor, ese episodio que no pretendían inculcar en su nieto (yo). Ambos fueron ejemplares para mí. Llegó la Transición. En contra de lo que piensa Gabilondo creo que todos pusieron de su parte: unos cedieron el "poder" que por la "fuerza" (que al final se había constituido en legitimidad) les correspondía, y otros cedieron la revancha que, también en sus argumentos, les hubiera correspondido. A partir de junio del 77 las Cortes volvieron a acoger a todos: desde Dolores Ubarruri a Fraga, y nos legaron a los que todavía éramos adolescentes una nación (y una lección) sin rencores ni resentimientos. Así aprendí yo esta España nuestra. Es la que me gusta. Habiento tenido familiares en ambos bandos no entiendo de fosas, ni de echadas en cara a estas alturas. Entiendo, o mejor, quiero entender, el inmenso dolor de unos familiares que perdieron a los suyos en una contienda siniestra y, sin duda, injusta y excesiva. Pero no comparto el que a estas alturas se quiera volver a rajar la piel de los sentimientos para que sangre de nuevo.

Ni el nieto del justo republicano asesinado por Franco ni el sobrino-nieto de la monja matada por los milicianos podrán curar sus heridas; heridas entendidas como un porqué de lo que se hizo.

Creo, sinceramente, que es mejor mirar adelante.

Anónimo dijo...

Quizá no hemos entendido del todo esto. Creo que de lo que se trata , es de que la libertad de uno no vaya en detrimento de la de otro. Todos las víctimas tienen derecho a no querer saber, por miedo, por los motivos que sea, pero eso, hace que el que quiera saber y conocer la verdad de quienes habitan en las fosas comunes, tengan vetado su derecho .

La posibilidad de que se les escuche y se les recuerde con nombres y apellidos,debe ser un derecho de los herederos de las víctimas. Nadie, ni los familiares que quieran olvidar lo sufrido. Aunque sus progenitores compartieran el mismo final deben ir contra la libertad y los derechos de los que hicieron la historia .

Ramón Pacheco dijo...

Entiendo tu postura compañero anónimo, pero no la comparto y lo vas a entender perfectamente:
El acontecimiento que más daño le hace al ser humano durante su vida es la muerte de un ser querido, para superarla precisa de un duelo de adaptación a la ausencia.
Sería dificil de explicar a la ciudadania que algunos generales cercanos a las ideas políticas de los socialistas, asumen de manera violenta el poder, realizan una depuración selectiva ideológica de la población durante años...y al final nos dicen que lo mejor es olvidar porque podría haber sido peor.
Mira, hemos contrubuido a que las dictaduras chilena y argentina pagasen sus culpas respecto a los desaparecidos, hemos sido ejemplos de justicia en el mundo entero, pero no hemos cumplido con nuestros huérfanos y nuestras viudas aquí.
Nuestras madres de la plaza de Mayo no han podido hacer su duelo, se han limitado a llorar por los rincones y a decirnos "niño de eso no se habla que te puede traer problemas".
Somos un país que no está en paz con su memoria, y te digo más, al PP le interesa que nos pongamos al corriente, principalmente a las nuevas generaciones que yo creo que no entienden:
.-Por qué los identifican con un régimen anterior que no tiene nada que ver con ellos.
.-Por qué sus mayores se muestran tan reacios a saldar la cuenta pendiente con la historia, como lo hicieron los chilenos y argentinos.
Ellos no saben, todavía, que sus mayores tienen apellidos que saldrán manchados por su comportamiento en la contienda.
Un partido de derechas democrático no tendría ningún problema en ajustar nuestro tiempo a nuestra historia reciente.
Me niego a poner en la misma balanza a los perdodores y a los que promovieron una contienda ilegal e injusta. Aquellos han pagado durante 50 años no poder hablar ni enterrar a sus muertos, han sido discrimiandos en la sociedad civil (es hijo de rojo) y su único delito fue estar con la legalidad emanada de las urnas.
Permitamos pues que realicen su duelo, que dignifiquen a sus muertos (estos ten por seguro que no los van a beatificar), reconciliemonos todos con nuestro pasado (así no volveremos a repetirlo).
Ahora es el tiempo del perdón y la generosidad de los vencedores. Enrocarse en el rencor permite que dediquemos calificativos poco agradables para la derecha de este país.