EL BANCO

Borja Mari y ¡la mierda de España!
Triste es de criticar, pero más triste es seguir en la Oposición por los siglos de los siglos. Fíjense a lo que nos lleva la dichosa política y el condenado deseo de poder. Nosotros, precisamente nosotros, nos vemos en la indecorosa situación de tener que decir que los banqueros y los empresarios españoles, esos a quienes representamos y que son nuestros más fieles votantes y mecenas, son malos de solemnidad.
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Y no crean que no nos duele tener que decir aquí y, sobre todo fuera, que España es una mierda. Nos duele como si nos arrancáramos un brazo, porque a patriotas, a patriotas no nos gana nadie. Bien que lo hemos demostrado a lo largo de la historia.

Pero ya ven, este es uno de los terribles efectos secundarios de la democracia. Cuando sólo gobernábamos nosotros, no hacía falta llegar a estos extremos. Qué la economía iba mal: culpa de los obreros...