sábado, 1 de diciembre de 2007

EL SIDA


He de reconocer que estoy especialmente sensibilizado hacía los enfermos de SIDA. Cuando iba a comerme el mundo desembarqué en La Linea y me topé con “el bicho” en su forma más agresiva, todavía los tratamientos no eran lo que son y la sociedad excluía a aquella gente de “mal vivir”. Las cosas han cambiado pero yo siempre recuerdo a todos aquellos jóvenes que se fueron, una generación que se quedó coja, se murieron las “princesas” y los “reyes” de cada casa, destrozaron la vida de muchas familias, se saltaron el orden vital y nos privaron a todos de su compañía, recibí un curso acelerado de cómo afrontar el dolor.
Recuerdo; cuando los diagnósticos eran una sentencia médica y social, eran personas más preparadas que la media, eran los buenos de la manada, esperábamos de ellos que afrontasen la situación. Aparecieron grupos de ayuda donde podían llorar por las cosas que habían perdido: relaciones, seguridad, libertad para elegir la forma de vida, estaba permitido enfadarse con esta sociedad mezquina que los estigmatizaba, se podía hablar de miedo.
No nos habían enseñado, al personal sanitario, a afrontar aquella situación, nos sobrepasaba, fue una enfermedad que descubrimos junto a los afectados, aprendimos a aceptar nuestra vulnerabilidad y a eliminar nuestros prejuicios. Todos nos hicimos más humanos y solidarios.
Las cosas han cambiado mucho hoy el diagnóstico no es una condena, ahora se trata de enfermos crónicos, y las campañas son de prevención de la enfermedad y promoción de la salud.
Hoy quiero recordar a todos los que acompañé al final y que tanto me enseñaron. A ellos y a sus familias.

2 comentarios:

Juanmi dijo...

Debieron ser tiempos duros, por suerte siempre sale el sol, tarde o temprano, y hoy tu experiencia puede ayudar a nuevos casos.
un saludo.

Anónimo dijo...

Debo reconocer que siempre me he considerado afortunado en la vida, quiz�s se debe a ese optimismo convencido que intento poner en practica cada d�a, no soy de m�dicos, la �baraca� me ha librado de ellos, de todos menos de uno, a parte de buen medico ( me lo dicen quien le visita ) es un t�o brillante, me siento un autentico privilegiado al poder compartir con �l muchas cosas, quien no quiera a Ram�n, es que no sabe apreciar las cosas buenas de la vida, me gusta sobre todo la claridad y la sinceridad con la que dice las cosas, las buenas y las malas, ser� por eso por lo que algunos observo no acaban de �conectar� bien con �l, pero yo siempre prefiero a aquellos que me dicen lo que piensan, sobre aquellos que me dicen �lo que quiero o�r�.
Un abrazo, amigo.