jueves, 15 de septiembre de 2011

EL CLIP

Nunca sé muy bien qué hacer con el clip o la gomita que aprisiona los cartoncitos que me traen algunos pacientes para que les repita las recetas. Estos cartoncitos son la historia viva de la atención primaria en nuestro país, son los mismos que me presentaron el primer día que empecé mi trabajo hace casi tres décadas, un "dinosaurio" que ha sobrevivido a la era informática. Cayó el P10, aquel papelito que servía para todo; tan pronto justificaba la asistencia como daba fe de vida, cayó también el numerito que establecía el turno para ser atendido en el mercado de las enfermedades. Pero el clip y la gomita que comprimen a los cartoncitos ahí siguen, por ellos no ha pasado el tiempo, siempre me da reparo tirarlos, no vaya a ofender a mi interlocutor porque los considere un preciado bien, quién me dice a mi que no lleva un par de siglos usando el mismo, como amuleto para que este médico no se confunda. 

13 comentarios:

ISIS dijo...

Puedierase ser, que la era de la informática, no sea tan perfecta.

A mí se me cayó, el móvil, esos de última generación, era muy cómodo, y no tenía que apretar teclas, solo pasar el dedo por la pantalla, ¡¡¡Qué chollo!!! Pero ahora, me he quedado sin él, solo por una pequeña caida, y me ha tocado rescatar uno, de cuando las ranas tenian pelo, que ha sobrevivido a todos los golpes y caidas habidas y por haber.

Y he llegado a la conclusión, de que prefiero, esto más sencillito, por lo menos si se me cae, solo tendré que cogerlo, y arreando, sin problemas.

Yo sigo siendo de las que cuando escribe, lo hace sobre papel, tengo infinidad de cuadernos y carpetas.
Ahí, siempre encuentro las cosas, y no como en el ordenador, que hay veces que no tengo ni idea de a donde he mandado los apuntes.

Si hay una votación yo voto por el papel y el clip.

Un beso.

ISIS dijo...

Y sigue sin tirarles, la gomita y los cartoncitos, sé por experiencia, que las personas mayores, se guian por como tienen cortado tal o cual cartón para saber si tienen en casa o no.
Mi madre lo hacía.

Otro beso.

P.d. Y los clips tampoco, para ellos son "su tesoro"

Ramón Pacheco dijo...

Lo tendré muy en cuenta Isis.
Gracias.

Claudia Baelo dijo...

Buenos días. Estoy con Isis,eso jamás se tira.Pero tengo una duda, lo de dinosaurio es por el facultativo que lo cuenta o por los cartoncitos,gomas y clips,porque tres décadas ...jeejejeje.
Pues no hay gente todavía que hablan de la perra gorda!!,estas cosas son sagradas ,no cabe duda,ni entrada al blog...jaajajajaja.

¡¡¡Feliz día!!,abrazos

Claudia pinchandora...jejeje

Rafa Hernández dijo...

A mi por gustarme hasta me gustaban más las cartillas antiguas de la Seguridad Social que las de ahora. Las actuales tarjetas quizás sean más cómodas, pero las de antes yo he llegado a meter hasta algún billetejo de quinientas pelas para que no se me perdieran, así cuando iba a la farmacia siempre las tenía a mano. Ramón no se te ocurra tirar ni clips, ni gomillas ni "na" que yo "to" me lo guardo. Y sino agárrate a mi mujer que esta si que es tremenda. Abrazos para todos.

Claudia Baelo dijo...

Oy,qué razón más grande tienes,Rafa.Esas cartillas antiguas que llevaban el dinero y hasta la foto de algún familiar muchas veces fallecido que daban cómo alguna posibilidad de resurrección al difunto,¡¡¡dónde va a parar!!!...y esos médicos antiguos como los reales,las gordas y los duros,que tan bonitos todos ellos que se quedaban mirando las fotos familiares y hasta te besaban en la frente pa que fueses buena.Pa mí aquello era una bendición más grande que la del orbi et orbe junto con la del Dalái Lama y el Rey de Bután ...pero ¡¡dónde va a parar!!.Que entraba una con anginas y salía bailando por alegrías...tó por el misticismo que rodeaba a aquellos galenos...Todavía me acuerdo de mi médico,qué hombre más bueno!!!! D. Carlos que para mí era San Carlos Borromeo,que me vio de pequeña un día por la calle jugando al escondite con mis amiguitos y me convidó a un paquete de pipas,esas pipas ¡mano de santo!,cuando me las comí crecí 5cms del tirón!.Eso,eso pá siempre en mi corazón pero ¡¡¡dónde va parar!!! (mejorando lo presente...claro).
¿He exagerado mucho?

Ramón Pacheco dijo...

Así es Claudia, antes se "tocaba" más, había más contacto físico, ahora el tas o la resonansia lo arreglan to. Y evidentemente para sacar los "malos espíritus" si no es tocando...
Todavía recuerdo aquellas cartillas del seguro, que eran auténticas cartillas, yo guardo la mia, lo del SIP ...es que no tiene ni un nombre glorioso parece que estés llamando a un gato, si comenzamos trivializando los pequeños detalles cabamos malamente.
Otro signo más de decadencia de nuestra moderna sociedad del futuro (que siempre está en el futuro).
Un abrazo a todos.

Rafa Hernández dijo...

Yo también tengo por algún cajón de casa las antiguas cartillas. Como digo en casa nos lo guardamos todos. Mi mujer tiene hasta las grapas que le quitaron de la barriga del segundo niño que fue cesárea. Y le voy a plantear a Robledo que nos guardemos también "tipo colección" hasta el papelito que sacan con el ordenador cuando acudes a pedir cita.

Claudia Baelo dijo...

JAJAJAJJAJAJA ¡qué puntazo!,Rafa!..JAJAJAJJAJA.
Fite-tú que cuando eran pequeña D. Ramón yo llevaba un diario a lo Claudia Frank y puse con 7 años que me gustaba que el médico me tocara y diferenciaba cuando me daba una caricia algún cura,su contacto me repelía.Curioso para una niña de esa edad.¿Qué estaría captando yo!!?.
Pó estoy de acuerdo contigo Ramón.

Rafa mi alma, ¿te acuerdas cómo ponían las inyecciones? ¡¡¡me encantaba esos fuegos con alcohol..jajajajajaja,la verdad que eso mejoró pero aquella ceremonia era como las fallas,igual,quemar era purificar.
Muá pá tós!!

Rafa Hernández dijo...

Claudia claro que me acuerdo de cuando ponían inyecciones, que tiempos aquellos, ahora ni eso; "como todas las tradiciones se pierden". A mí me las ponía el señor Pepe, un hombre muy "apañao", y recuerdo que me pusieron muchas de "farmapén" que picaban como la madre que las parió. El ritual siempre el mismo: bajada de pantalones, aunque sino recuerdo mal creo que los llevaba hasta cortos, como tocaba a los niños de aquella época, a continuación palmadita en el culo, el pinchotazo de rigor, y por último el restregón con el algodón. Yo creo que con los practicantes hasta más de uno se ponía "cachando", pero claro en aquellos tiempos nadie salía del armario. Besos.

Rafa Hernández dijo...

Claudia como habrás comprobado he querido decir "cachondo", pero hija mía que mal estoy de lo mío, y eso que uso gafas. A veces repaso los comentarios un montón de veces, y no me doy cuenta que he metido la gamba. Que malo es hacerse viejo coño.

Claudia Baelo dijo...

Pues a mi me las ponía al principio las inyecciones D. Carlos,poco después vino lo que antes llamaban "el practicante" y era con esa palmadita,sí,y después ese frío de la aguja...uy!
Yo también me equivoco escribiendo,todos nos equivocamos,el cachondo se comprendió,más si ese poder energético tuyo siempre anda presente...jajajajja.Yo de momento no necesito gafas fite-tú! pero sé por un oftalmólogo que el colesterol y tener los ojos siempre bien hidratados son dos claves importantes para tener una buena visión,el llorar no es tan malo,malo es no llorar.A no ser que haya otros problemillas...Un beso Rafa!

Ramón Pacheco dijo...

Respecto a tu última frase Rafa, la alternativa es mucho peor.
LLorar pienso que es bueno siempre, aparte de la función de limpieza ocular, la expresión de los sentimientos a través de las lágrimas nos hace más humanos y nos acerca a los otros.
Yo me pongo películas con las que he llorado siempre cuando estoy muy "cargado" de lágrimas.
Un abrazo