MICCIONANDO

Todavía nos viene a la memoria cuando fue cazado un concejal Popular orinando junto a un contenedor, allí estaba él iniesto a propet de la basura respondiendo a la llamada urgente de su próstata. Esto de la próstata en el varón es una putada nos acorta la vida y no tiene un papel claro en nuestro organismo, otro defecto de fabricación del Supremo Hacedor.
Pues bien, en las últimas fallas una trabajadora de las colocadas al calor de las siglas peperas fue descubierta aliviandose en plaza pública.
Todo esto no tiene importancia, entendemos las perentorias necesidades fisiológicas que en ocasiones no pueden esperar. Pero nos cuentan que dos policías de la guardia pretoriana (no escoltas, palmeros) de nuestra alcaldesa Catalá increparon a un pobre viejecito prostático y al grito de "¡no se me mee coño!, y me se cuadra", le cortaron el chorro miccionante y a punto estuvieron de causarle un infarto prostático con el disgusto que le dieron al pobre hombre, lo peor fue que después se jactaban de su hazaña.
Desde aquí hago un llamamiento "¡prostáticos torrentinos, unámonos!", votemos a otros, la Catalá no entiende nuestras urgencias miccionales.