domingo, 10 de junio de 2007

DOLOR


—¿Es cierto, Jacinto, que los niños que se mueren se convierten
en pájaros?
—No sé, niño Guy.
(…)
—Entonces, Jacinto, ¿dime qué les pasa a los niños que
mueren?
—Los niños que mueren, niño Guy, despiertan.
Emilo Abreu Gómez

1 comentario:

Anónimo dijo...

PRECIOSO ¿ES POSIBLE ALGO TAN DULCE COMO UN NIÑO? SU OLOR, SU PUREZA EN LA MIRADA, SU SONRISA. A DIOS LE PIDO QUE AME A LOS QUE PIERDEN A SUS HIJOS, A LOS QUE LES VEN MARCHARSE AL OTRO MUNDO, A LOS QUE LES VEN SUFRIR, ¡DIOS! NO HAY NADA COMPARABLE.