negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma."
William Ernest Henley
3 comentarios:
Así sea.
Dr. Pacheco, lamentablemente la poesía no provoca el aluvión de comentarios a que nos tienen acostumbrados sus entradas en este su blog. Le recomiendo (si me lo permite) la lectura de Walt Whitman; sobre todo un poema titulado "Canto de mí mismo."
Y pese a todo seguiremos de pie, aunque nos intenten callar, no podrán y la razón se impondrá a la tiranía, la dignidad superara a la codicia y el honor caerá como una losa sobre los inquisidores que tenemos por dirigentes.
Y sobre todo la verdad prevalecerá ante tanta falsedad y engaño, sucumbiendo ante la misma vil y miserablemente, por que ese es su destino.
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