jueves, 5 de julio de 2007

VOLVER



Se sentó me miró a los ojos y me dijo:
.-Porque usted sabe que la Manolita se apareció.
Perplejo contesté que sí por la curiosidad que me provocó.
.-Sabe usted que hace seis meses que la enterramos, pero le habían quedado cosas pendientes. Se le presentó a mi mayor.
Yo ni parpadeaba, el murmullo de fuera se fue apagando, la Raimunda había captado toda mi atención.
.-La seguía por toda la casa sin decir nada, hasta que mi mayor se paró y le preguntó que qué quería.La Manolita le dijo mama tres veces, se refería a mí.
Las dos buscaron entre recuerdos y papeles pendientes; al parecer la Raimunda tenía una cita para el día siguiente en el especialista de los nervios, y sólo la finada lo sabía. Acudió para que no faltara a la cita, que ya se sabe lo que cuesta conseguirla.

Cosas que saldan recuerdos y afectos. Cosas de la vida y de la muerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida está llena de dificultades. Seguramente ni la muerte mejorará las circunstancias, pero siempre es posible que después de muerto un buen samaritano te dé la resurrección.

Anónimo dijo...

No te creas mi escepticismo sólo me lleva a creer en los samaritanos con intereses que se aproximen a los mios.
Siempre quedan buenas noticias Bernat Soria ministro de sanidad ¡toma!.