jueves, 3 de julio de 2008

EL CIBERACTIVISTA ACABÓ CON LA AGROCABOTÁ



Una compañera de la industria farmacéutica me preguntó asombrada, si era cierto lo que contaba del partido. Me habló de la omertá que determina la cultura de algunos movimientos italianos poco recomendables. Le dije que eso pertenecía al pasado, fruto de la clandestinidad, pero que ahora todos podían opinar y decir lo que pensaban, ¿cómo un partido caciquil iba a participar en un proceso democrático? Eso quedaba para los minifundios gallegos, pero que también ha desaparecido.
Le hice ver que el silencio interesado siempre es malo, cuando alguien te exige silencio pero él dice lo que le interesa y filtra lo que le conviene te está manipulando y aprovechándose de tí y de la organización. Eran aquellos de antaño que cuando detentaban el poder gritaban ¡unidad! ante cualquier discrepancia, y a los que les hacían ver que se habían equivocado muchas veces, le contestaban que él lo que quería era romper el partido. Le mostré que con estos sistemas sería posible que perdedores ocupasen el poder y el control del partido privando al pueblo progresista de la opción de victoria, perdiendo el partido su esencia de herramienta al servicio de la ciudadania.
Pero todo esto pasó, los profundos cambios que se están produciendo en la política desde la oportunidad de internet fomentan la participación masiva y proporciona corrientes de opinión inmediatas, (véase la cruz del PP con los tres días de marzo), sin olvidar el cuerpo a cuerpo real pero no anclado en arcaicas estructuras inmóviles, sino en el contacto diario con los vecinos, asociaciones y organizaciones, pasando por un desbloqueo de la información, permitiendo que cualquier militante con ganas de trabajar tenga acceso a fuentes más fiables y actualizadas que cualquier líder local anclado en el pasado. Esto va a condicionar un cambio radical y profundo en las formas de hacer política mucho más participativa.
Y recuerda compañera el ya es demasiado tarde, los cibersocialistas lo solucionamos ayer. (y muchos todavía no se han enterado).


Algunos se dan cuenta pronto de cuando llevan una apuesta perdedora, otros tardan 25 años


Pd. con mis mejores deseos para los compañeros de Palencia, Madrid y los mios propios.

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