He de reconocer amigo Sancho queneste tu primer año has dejado la impronta de la casa. Sin hacer nada te has contado veinte en repetidas ocasiones, que digo veinte, cientoveinte veces veinte, que de tan repetida la virtual realidad; algunos lugareños cuentan en voz queda, que han visto un hospital en el Toll, alguna noche clara de luna llena. Lástima que el alba truncase sus sueños.
Los errores más que sucederse se han precedido, y algunos sin el atosigamiento de la transparente oposición que disfrutas. Gran Sancho el futuro es tuyo, gracias que finito, y que como bien sabes “no hay mal que cien años dure” . Tus monsergas y propagandas cansinas y repetidas han calado en” tu corte”, pero bien sabes, y me consta, no es una cohorte representativa de esta gran Ínsula.
Ya sé que el holiganismo opositor, ausente de la responsabilidad necesaria, te ha dificultado la gobernabilidad. Pero no se te escapa que más pendientes están de bitácoras navegadores, que de plantear alternativas creíbles e ilusionantes a sus votantes. Que por extremados, puede que se caigan del tablero en su ilusión de ser más extremados que el extremo. No se enteran de que los sabios que por aquí pasan saben hacer una lectura templada y matizada de lo que aquí aparece. Que en divertimento, y acaso en reflexión, se queda.
Bien, Sancho, disfruta mientras dure esta tu luna de miel de gobierno, que a poco que cambien las cosas; temporales, borrascas y sufrimientos se te avecinan para el pronto y duro otoño.
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