EL TRUHÁN Y SU PEDO
Subía un truhán delante de un rey de Castilla por una escalera y, parándose el truhán a estirarse el borzeguín, tuvo necessidad el rey de darle con la mano en las nalgas para que caminasse. El truhán, como le dio, echósse un pedo. Y tratándolo el rey de vellaco, respondió el truhán: “¡A qué puerta llamara vuestra Alteza, que no le respondieran!”
(Quevedo)
A qué juzgado fuera la infanta que no la juzgasen como "Dios manda", que todos somos iguales como su padre proclama...y a quién trena mereciese, cárcel le dieren.
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