S
abia decisión amigo Sancho aquesta de soslayar el descanso vacacional, para intentar de estudiar y abarcar el complejo cometido que se te ha encomendado. Que si bien tu te sientes con fuerzas de saberla gobernar, y tan bien como otro que haya gobernado ínsulas en el mundo, buenas pruebas tienes ya de lo enrevesado que resulta, y pocas son las horas que tiene el día para semejante menester.
Espero amigo que cuentes con sanador que mire por tu salud, para acertar a curarte cuando cayeres enfermo, ¡el Señor no lo quiera!, yo mesmo pongo a tu disposición mi famoso bálsamo de fierabrás que como bien sabes tengo la receta en la memoria, y con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay que pensar morir de ferida alguna. Porque has de saber que este año, cosa que en siglos no ha ocurrido, la ínsula no cuenta con médico que por las tardes trabaje, que también vacacionan los galenos insulares.
Advertirte hermano Sancho que en esta aventura toda dedicación es poca y recuerda que tus oponentes nunca cejan.
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