Cuando has vivido mucho habitualmente has perdido mucho, la derrota me ha enseñado infinitamente más que la victoria y en ella aprendí que el entusiasmo que apliques a la empresa que quieras enfrentar es directamente proporcional a los resultados que obtendrás.
La peor lacra que asola al socialismo actual es la desilusión, la falta de entusiasmo, cuando escuchas algunas intervenciones o planteamientos te das cuenta que no se lo cree ni el que las hace. La vieja política de la ambigüedad ha muerto. El mundo nuevo pide formas nuevas.
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