Hay recuerdos que cuesta acarrearlos todos los días, depositó el de ella en un rincón con buenas vistas de la playa de Bolonia. Vio atardecer y esperó el amanecer, al despuntar el sol acudieron las otras ellas a conocerla. Él las recibió con una mueca de nostalgia, mientras, ella sonreía; se sabía ganadora en los recuerdos pero supo, en ese momento, que se había perdido una vida.
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