Y que verdad es: los hay tan egoístas que sus problemas son más importantes que los tuyos, y cuando te hartas de escuchar sus estupideces, como lo tuyo no les interesa te dan de lado. Siempre nos queda la ayuda de un cura, que no es poca, ya que a estos se lo puedes confesa todo, como ese pobre de la foto que está de rodillas que aunque le vayan a dar matarile, con el perdón de cura y su bendición se va feliz al otro barrio.
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Y que verdad es: los hay tan egoístas que sus problemas son más importantes que los tuyos, y cuando te hartas de escuchar sus estupideces, como lo tuyo no les interesa te dan de lado. Siempre nos queda la ayuda de un cura, que no es poca, ya que a estos se lo puedes confesa todo, como ese pobre de la foto que está de rodillas que aunque le vayan a dar matarile, con el perdón de cura y su bendición se va feliz al otro barrio.
Abrazo Ramón.
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