miércoles, 8 de enero de 2014

LAS URNAS

Si los seguidores del Islam consiguieran que se aprobase por ley la prohibición del cerdo y el ayuno un mes al año o los judios aprobasen no comer sangre o respetar el sabbat, yo me opondría a ello, respetando sus creencias y su fe, pero sus creencias privadas no pueden ser impuestas a la mayoría sin pasar por las urnas, es lo que tienen los pueblos que se han dotado de un sistema democrático. Lo mismo me ocurre con la eutanasia y el aborto, dios no puede jugar a dictar leyes sin pasar por las urnas.
Dice el maestro Savater que la laicidad es el reconocimiento de la autonomía de lo político y civil respecto a lo religioso, la separación entre la esfera terrenal de aprendizajes, normas y garantías que todos debemos compartir y el ámbito íntimo de las creencias de cada cual. No está bien la sumisión de las leyes a los dictados de la conferencia espiscopal, al Papa Paco no le gustaría.

1 comentario:

Rafa Hernández dijo...

Pero ya sabes que muchos se pasan las leyes, y la opinión del pueblo por las entretelas. Dictan sin consultar, y punto.

Un abrazo Ramón.