sábado, 14 de enero de 2023

NOBEL

 


1 comentario:

Rafa Hernández dijo...

Jajaja muy bueno eso de la pichula. Con la edad esos amoríos se traducen en simples caprichos, porque eso es lo que son y de lo que se trata. Y llegado a ese punto la gente se vuelve medio idiota, y en el caso de los famosos, esa idiotez la elevan al cubo. Mira el caso de el torero Enrique Ponce, que se ha separado de su mujer para emparejarse con una joven de veinticuatro años, cuando él ya ha cumplido los cincuenta. A mí que no me jodan, que sino es por dinero, que no me digan que una mujer por ejemplo con treinta o treinta y cinco años, se enamora de un carcamal que tengo ochenta, y de estos se dan casos.

Abrazo Ramón.