jueves, 23 de junio de 2022

CORTIJO

 


Tuve una paciente que me insistía en que cuidase bien a su marido porque nunca la había dejado sin cenar. Eran guardeses en un cortijo, y los señoritos me querían convencer de que eran felices porque no habían conocido otra cosa. 

1 comentario:

Rafa Hernández dijo...

Hay que abrir los ojos y no dejarse avasallar, porque el problema es que como vayas agachando la cabeza, cuando quieras levantarla ya no puedes, porque te han dominado por completo.

Abrazo Ramón.