viernes, 20 de marzo de 2015

VINO

Con el paso de la vida se aprende a no llorar por el vino derramado.

2 comentarios:

PACO CUADRADO dijo...

No hay que llorar por el vino derramado.
Más bien hay que alegrarse por el vino que compartimos en su día con los buenos amigos, y por el que seguimos compartiendo.!!

Ramón Pacheco dijo...

Efectivamente, estimado Paco, tanto el compartido como el derramado forma parte de nuestra existencia y de las emociones que en ella hemos vivido.
Un abrazo