He de reconocer que nunca he cuidado mi imagen, siempre me ha preocupado más el contenido que el continente, recuerdo al principio de la legislatura pasada que tuve que ir a mi casa a cambiarme porque ciertamente no daba los mínimos para el evento. Al final, es cierto, los concejales son la imagen del Ayuntamiento y debemos cuidar las formas, sobre todo en público.
Así, cuando hemos tenido conocimineto de la farra que se corrió un concejal del Ayuntamiento de Torrent con su acompañanta, sin ningún recato, a la vista de todos, al grito de; "este casal no se cierra porque lo digo yo" y después de haber dicho lo que se dijo de la vida privada de algún socialista. Le entran a uno ganas de contar todo lo que sabe. Pero ya sabéis compañeros: ni mejores ni peores, diferentes.